En Carver no hay personajes secundarios, ni desarrollo, ni interconexiones, ni universo literario compartido. Es seco, despojado, individual. Todos los cuentos podrían estar sucediendo en el mismo escenario, pero ninguno se referencia entre sí. Los personajes están encerrados dentro de su propia vivencia ficticia sin encontrarse nunca a los otros. El tedio del día a día lleva a la desesperación. Las decisiones de la vida adulta y la monotonía de personas sin cualidades especiales pueden desesperar a la gente al punto de cometer locuras.
Miguel Ogalde Jiménez

El conjunto de apartamentos de Carver es una mole urbana gris, cuadrada, de apariencia sencilla, pero de gran complejidad una vez que comienzas a recorrerla y cada vez se va volviendo más opresiva y melancólica. No tiene espacios abiertos (apenas hay una terraza maltrecha que parece un peladero), ni lugar para juegos o pasajes ocultos y apenas tiene escapes de emergencia. Angostos pasillos, puertas todas parecidas, espacios comunes claustrofóbicos. Los habitantes son, casi en su totalidad, hombres y mujeres estadounidenses, blancos, heterosexuales y de clase obrera, cuyos oficios varían (vendedora de vitaminas, cardiólogo, limpiador de chimeneas), pero son completamente intercambiables y acentúan el hecho de que están atrapados en un hoyo, de que no tienen escapatoria de este lugar.
A Small Good Thing (mal traducido como Parece una tontería[1]), publicado en Cathedral,describe a una pareja cuyo hijo es atropellado y los agónicos viajes al hospital para visitarlo. Es un cuento cuyo poder radica en que no es minimalista ni busca causar una catarsis en el lector a través de los espacios vacíos: El niño bajó de la acera en un cruce, sin mirar, y fue inmediatamente atropellado por un coche. Cayó de lado, con la cabeza junto al bordillo y las piernas sobre la calzada. Tenía los ojos cerrados, pero movía las piernas como si tratara de subir por algún sitio. (…) El conductor miró por encima del hombro. Esperó hasta que el muchacho se levantó tambaleante. De esta manera inicia una arrolladora y universal tragedia cotidiana, donde cada palabra y acción es explícita y horrible. Es un cuento robusto, un mastodonte enajenado cuyas patas aplastan con una fuerza imposible de alcanzar por los hábiles zarpazos de dos o tres páginas con los que asociamos a Carver, como Popular Mechanics (Mecánica Popular)[2], donde una pareja disputa violentamente entre sí por agarrar a su bebé: En la casi oscuridad él trató de abrir los aferrados dedos de ella con una mano, mientras con la otra agarraba al niño, que no paraba de chillar, por un brazo, cerca del hombro; o One More Thing (Una cosa más)[3], que muestra a un padre borracho insultando a su esposa e hija: ¡Por qué no se callan los dos! —dijo Maxine—. Dios santo, ya me ha empezado el dolor de cabeza y también The Lie (La mentira)[4], escena donde la confianza de un matrimonio se ve puesta en jaque por una supuesta mentira, la cual nunca es directamente mencionada: Entonces créeme, dijo ella. Que me creas, es todo lo que te pido. Te digo la verdad. No iba a mentir en un asunto así. Anda, di que no es cierto cariño, di que no lo crees. Personas discutiendo en ambientes cerrados representa el núcleo por el que orbita la narrativa de Carver. Este era un experto en mostrar cómo las relaciones se pudren, ya sea por factores internos o externos. Un caso ejemplar es Intimacy (Intimidad)[5], un cuento donde el autor despliega su habilidad para recrear diálogos realistas sin perder fuerza poética. En ese texto, el narrador, un escritor reconocido, va a visitar a su ex mujer, quien lo desprecia y le increpa: Conozco tu corazón de adentro hacia afuera, nunca lo olvides. Tu corazón es una jungla, un bosque oscuro. Un tacho de basura, si quieres saber.
La intención de Carver es evocar en el lector la molestia de lo cotidiano. Si bien los cuentos mencionados tienen tramas urgentes, hay otros más reposados que buscan otro tipo de impacto dramático, pero evocando la misma desesperanza, parecido a lo que habla en su ensayo On Writing (Escribir)[6]: Esa incertidumbre narrativa (…) se conforma por los actos dejados fuera, lo implícito, el paisaje roto e inestable que está debajo de la superficie de las cosas. Uno de los más representativos es What We Talk About When We Talk About Love (De qué hablamos cuando hablamos de amor)[7], cuento que en parte inspiró la película Birdman, dirigida por Alejandro González Iñárritu, y en el que dos parejas discuten sobre el significado del amor: Terri dijo que el hombre con quien vivía antes de vivir con Mel la quería tanto que había intentado matarla. Con esa abrumadora frase establece el conflicto principal. La individualidad es lo que decide qué es amor. Para Terri, su ex, con toda su terrible furia, la amaba. Para Mel, su pareja actual, quien jamás le haría algo así, eso no es amor. Después, como su ejemplo de amor, él cuenta una historia sobre dos viejos quienes sufren un accidente. Ahí queda abierta a la interpretación la pregunta: ¿es el amor absoluto o cada persona tiene su visión del amor, por retorcida y decadente que sea?
El autor entiende el peso del sexo y el desamor, junto con su poder devastador, pero a la vez los expone como algo clínico. Lo que pasa entre las sábanas está dicho, es sexo y nada más, gente sudorosa y temblando. A él le importa qué sucede antes y después del acto, las motivaciones o consecuencias. Asume que conoces el resto. El sexo motiva a sus personajes, pero nunca es el tema central. Es un motor, una herramienta más para mostrarnos por qué la gente se pelea. Gazebo (Belvedere)[8] nos relata la relación de una pareja que está teniendo problemas después de que el marido se encamara con la mucama: Lo de Juanita era cinco días a la semana, entre las diez y las once: Lo hacíamos en cualquiera de los cuartos que estuviera limpiando. Yo entraba donde ella estaba trabajando y cerraba la puerta a mi espalda. O también está Sacks (Bolsas)[9], cuento en que un vendedor de libros recuerda el encuentro que tuvo con su papá recién divorciado luego de haber tenido una aventura sexual con otra mujer, hasta que son descubiertos por el marido de ésta: El hombre se derrumbó, eso es lo que pasó. Se dejó caer en el suelo y se echó a llorar. Ella se quedó en la cocina. Se quedó allí, llorando. Se puso de rodillas y empezó a implorar a Dios, a voz en grito para que su marido la oyera. En su prosa no le tiembla el pulso al mostrar sórdidas escenas de discusiones y violencia física, como en Will you please be quiet, please? (¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?)[10], donde asistimos lentamente, página a página, a la degradación del mundo interno de una pareja, desde que son universitarios llenos de esperanza hasta ser adultos frustrados y resentidos, situación que estalla cuando ella le confiesa una infidelidad y la cabeza de él se ve arrastrada a un espiral de celos: Luego pensó en Marian. Pensó en Marian tal como la había visto hacía un rato, con la cara encogida y arrugada. Y luego en Marian en el suelo, con sangre en los dientes. «¿Por qué me has pegado?». ¡Y luego en Marian metiéndose la mano bajo el vestido para desabrocharse el liguero! ¡En Marian levantándose la falda mientras se echaba hacia atrás! En Marian cachonda, en Marian pidiendo a gritos: ¡Córrete! ¡Córrete! ¡Córrete!
Carver era alcohólico (aunque ya iniciada su etapa escritural estaba sobrio) y el abuso de sustancia es constante en varias de sus historias, ya sea de manera fantasmal y amenazante o directamente abordada como en Where I’m Calling From (Desde donde llamo)[11] donde el narrador describe a los borrachos en una clínica de rehabilitación. A través de su relato vamos entendiendo las motivaciones y miserias de cada uno, incluyendo escenas de violencia física que un compañero alcohólico le confiesa al protagonista: J. P. y Roxy ya tenían verdaderas trifulcas. Me refiero a peleas. J. P. dice que una vez ella le dio un puñetazo en la cara y le rompió la nariz. —Mira esto —dice—. Ahí. Me enseña una cicatriz por encima del puente de la nariz. (…) Él le devolvió el cumplido dislocándole el hombro. Otra vez él le partió el labio. Se pegaban delante de los niños. La situación estaba fuera de control. Pero él siguió bebiendo. No podía parar. Y nada podía pararlo. Ni siquiera las amenazas del padre y del hermano de Roxy de darle una paliza de muerte. El alcohol como escape se evidencia también en escenas menos violentas, como en Careful (Cuidado)[12], donde Lloyd es visitado a las once de la mañana por Inés, su exesposa y este ya está borracho y no puede aguantar la visita sin beber unos tragos: Se agachó, metió la mano detrás de la taza y sacó la botella de champán. Bebió un trago largo. Estaba caliente, pero le entraba bien. Bebió más. Al principio, creyó verdaderamente que podría seguir bebiendo si se limitaba a champán. Pero en seguida descubrió que se bebía tres o cuatro botellas al día. Sabía que muy pronto tendría que enfrentarse con eso.
En Carver no hay personajes secundarios, ni desarrollo, ni interconexiones, ni universo literario compartido. Es seco, despojado, individual. Todos los cuentos podrían estar sucediendo en el mismo escenario, pero ninguno se referencia entre sí. Los personajes están encerrados dentro de su propia vivencia ficticia sin encontrarse nunca a los otros. El tedio del día a día lleva a la desesperación. Las decisiones de la vida adulta y la monotonía de personas sin cualidades especiales pueden desesperar a la gente al punto de cometer locuras. Tell the Women We’re Going (Diles a las mujeres que vamos)[13] nos narra la historia de dos amigos casados quienes están compartiendo con sus esposas cuando se van a manejar y en la carretera comienzan a acosar a unas jóvenes para luego matarlas: No llegó a saber lo que quería Jerry. Pero todo empezó y acabó con una piedra. Jerry utilizó la misma piedra con las dos chicas: primero con la que se llamaba Sharon y luego con la que se suponía que le tocaría a Bill. Este es uno de los cuentos mutilados por Gordon Lish, donde el editor acortó el final hasta esa única y contundente línea. En la misma temática, The third thing that killed my father off (mal traducido como La tercera de las cosas que acabaron con mi padre)[14] nos habla de Dummy, un hombre retardado quien se suicida ahogándose luego de matar a su mujer infiel y de cómo esto afectó al padre del narrador. Cuando el cadáver es rescatado del agua, se nos describe esta imagen: Al poco afloró a la superficie un brazo. Al parecer los garfios habían prendido a Dummy por un costado. El brazo se sumergió, y luego volvió a asomar junto con un bulto irreconocible. No es él, pensé. Es algo que ha estado ahí abajo durante años. El mismo ambiente desolado recubre So Much Water So Close to Home (Tanta agua tan cerca de casa)[15], donde el cadáver desnudo de una mujer es encontrado a las orillas de un río por unos hombres quienes acampaban y prefirieron beber whisky y comer primero antes de reportar a la muerta. La protagonista decide ir al funeral de la mujer, aunque no la conozca, y en el camino un hombre insistente le toca la ventanilla del auto de modo inquietante. Mueve la cabeza, mira la carretera y luego me mira a mí—. Bájela. —Por favor —digo—. Tengo que irme. —Abra la puerta —insiste, como si no me hubiera oído—. Se va a asfixiar ahí dentro. Me mira los pechos, las piernas. Estoy segura de que es eso lo que está mirando. —Eh, preciosa —puntualiza—. Estoy aquí para ayudar, eso es todo.
La manera en que el comportamiento humano llega a un borde que puede o no cruzarse, el limbo, el caminar al filo del abismo sin que la tensión estalle nunca, es evidente en cuentos como They’re Not Your Husband (No son tu marido)[16], donde un hombre va donde su esposa trabaja y la coloca en una posición incómoda, primero al decirle de manera seca y reiterativa que baje de peso y, luego de que ella le comente que sus amigos y conocidos le dicen que está muy flaca, él insiste: —En el trabajo me dicen cosas —le dijo a Earl. —¿Qué clase de cosas? — preguntó él. —Qué estoy pálida, por ejemplo —dijo ella—. Que no parezco yo. Temen que esté perdiendo demasiado peso. —¿Qué tiene de malo perder peso? —dijo él—. No les hagas ni caso. Diles que se metan en sus cosas. Ellos no son tu marido. Algo similar es explorado en Fat (El gordo)[17], pero desde una perspectiva interna, donde una camarera ve a un gordo comer desaforado y luego le cuenta a su amiga que ella se siente gorda cuando su marido quiere intimar, diciendo: Pero aquí está la cosa: cuando se coloca sobre mí, de repente me siento gorda. Siento que estoy terriblemente gorda, tan gorda que Rudy es una cosa pequeñita que apenas siento encima de mí.
Las viñetas donde no sucede nada explícito pero la sensación de incomodidad melancólica persiste en The Father (El padre)[18], donde varias mujeres comparan a un bebé con gente, llegando a la conclusión de que no se parece a nadie. Al padre, quien está sentado, por fin le piden que hable está con la cara pálida y sin expresión, sembrando la duda de lo que está pensando el hombre. Otra manifestación de esa aura fantasmagórica de acciones no concretadas y pensamientos no dichos se ve en Vandals (Vándalos)[19], cuento que indaga en una reunión de amigos mañanera que se ve interrumpida por un incendio cercano que les hace cuestionar la seguridad del vecindario o Put Yourself in my Shoes (Póngase usted en mi lugar)[20], en la cual una pareja es increpada, primero de manera pasivo agresiva, luego directamente insultante, por una pareja que les ha arrendado la casa. En Nobody Said Anything (Nadie decía nada)[21], el simple hecho de que un chiquillo no quiera ir al colegio desencadena rencores entre sus familiares. Menudo[22] nos muestra un hombre disconforme con su vida el cual prefiere salir a emborracharse para escapar de sus tormentos y espera a que su amigo prepare un guiso de menudo para los participantes de la fiesta, pero se queda dormido y se pierde el plato. En Distance (Distancia)[23], donde un hombre le cuenta a su hija cómo era la vida cuando ella nació, mientras están de vacaciones en Milán y pueden entreverse las inseguridades y nostalgias del padre en su narración. Preservation (Conservación)[24], cuenta la historia de una pareja con aprietos económicos, a la cuál se le echa a perder el refrigerador y ven cómo se pudre su comida de una manera extrañamente cómica y deprimente, pero termina con un final algo esperanzador al creer que pueden seguir adelante. Algo similar, pero sin rayito de luz, pasa en Vitamins (Vitaminas)[25], donde el protagonista se ve cada vez más alejado de su esposa cuando ésta comienza a vender vitaminas al punto de querer dejarla por su amiga (como dato curioso, en esta historia aparece uno de los pocos personajes negros de Carver y actúa totalmente como un estereotipo negativo de la época). Otro ejemplo The Pheasant (El Faisán), donde una pareja atropella a un faisán en medio de un viaje en carretera y el incidente sirve de catalizador para entender sus problemas matrimoniales o Feathers (Plumas)[26] donde una pareja visita a otra, quienes tienen un bebé y un pavo real y notan con extrañeza la manera de actuar de sus amigos. En Elephant (El elefante)[27] un hombre se frustra por préstamos a su hermano y ve deteriorarse sus relaciones familiares. Call If You Need Me (Si me necesitas, llámame)[28] nos presenta el deterioro de una relación de pareja. En todas estas piezas todo parece banal y cotidiano y sin embargo el lector acaba con una sensación de amargura salida de la nada.
The Compartment (El compartimiento)[29] es un gran ejemplo de la sensación inacabada y desoladora que tienen los cuentos de Carver, donde lo importante ocurre afuera de la escena. Nos habla de un padre el cual no ve a su hijo hace años y va a visitarlo a Francia, pero dentro de su compartimiento en el vagón del tren enfrenta una crisis existencial en la cual se cuestiona el lazo filial. ¿Por qué diantre, se preguntó Myers, había venido de tan lejos para ver a alguien que detestaba? No quería estrechar la mano de su hijo, la mano de su enemigo, ni darle una palmada en la espalda mientras charlaban de cosas sin importancia. La otra cara de esa incomodidad, la que resulta en una epifanía, es Cathedral (Catedral)[30], donde un hombre se va molestando cada vez más por la aparición de un amigo ciego de su esposa, el cual fuma marihuana y tiene actitudes que no le gustan, pero finalmente se hermanan cuando el ciego lo ayuda a dibujar una catedral: Me cogió la mano, la que tenía el bolígrafo. La apretó. —Adelante, muchacho, dibuja —me dijo—. Dibuja. (…) Así que empecé. Primero tracé un rectángulo que parecía una casa. Podía ser la casa en la que vivo. Luego le puse el tejado. En cada extremo del tejado, dibujé flechas góticas. De locos. De esta manera, el hombre termina cuestionando su propia forma de percibir las cosas.
Entre sus cuentos menos distintivos, fuera de su género acostumbrado, están Posaidon and Company (Poseidón y compañía), donde escribe sobre una interpretación mitológica y no sobre situaciones cotidianas. En Errand (mal traducido como Tres rosas amarillas)[31] hace una recreación histórica de la muerte de Antón Chéjov comenzando en los primeros párrafos con: Acababa de sentarse a la mesa, frente a Suvorin, cuando repentinamente, sin el menor aviso previo, empezó a brotarle sangre de la boca, hasta que el escritor muere de tuberculosis. Furious Seasons (Tiempos revueltos)[32], es otro cuento bastante extraño en cuanto a narrativa y está muy alejado de su estilo normal, con varios saltos de tiempo, juegos verbales y una narrativa poco clara, pero ahonda en temáticas clásicas de Carver al describir una relación incestuosa en un contexto rural de campo.
Carver, ya sea escribiendo sobre situaciones más al límite, narrativas que se cortan cuando van a estallar o sencillos esbozos de incomodidad sugerentes, nunca expresa opiniones políticas directas, sobre género, la guerra o los movimientos sociales. Hay poca referencia a la diversidad racial o sexual y generalmente en un contexto de ignorancia o incluso despectivo y las repetitivas escenas que usa en varios de sus cuentos pueden ser monotemáticas y repetitivas. Es el contexto el que nos revela por qué Carver era así, con una temática casi universal que no varía mucho en su centro, pero con una inventiva arrolladora la cual permite ver más allá de su aparente falta de interés político. Teniendo en cuenta dónde vivía, en lugares donde abundaba el alcohol, el machismo, el racismo y la frustración de clases, no es difícil entender por qué sus personajes parecen estar completamente atrapados en cárceles invisibles. Su punto de vista sesgado de hombre de familia, resentido por su aparente falta de éxito y sensibilidad desbordada, le permitía ver tales problemas hasta la médula y poder expresarlos sin necesariamente adentrarse en las causas sociopolíticas o incluso filosóficas que éstas conllevan. Sin embargo, como ya se ha mencionado, escribir es un acto político, se tenga una intención o no, por lo que estas rocas abrasivas de poderío narrativo (incluso aunque estas no vengan con un mensaje social explícito) pueden ser útiles para entender el corazón humano en carne viva.
Miguel Ogalde Jiménez (Valparaíso, 1996). Escritor y traductor. Licenciado de Periodismo por la Universidad de Playa Ancha. Realizó su tesis sobre Truman Capote. Influenciado por Roberto Bolaño, Raymond Carver y Elfriede Jelinek (y unos cuantos más). Trabaja publicando cuentos y poemas de sus amigos en editoriales autogestionadas porteñas. Puedes revisar cuentos y traducciones de Ogalde Jiménez en los números 12, 15 y 19 de nuestra revista.
[1] https://masquince.files.wordpress.com/2012/12/x_raymond-carver_parece-una-tonteria.pdf
[2] https://www.literatura.us/idiomas/rc_mecanica.html
[3] https://www.literatura.us/idiomas/rc_unacosa.html
[4] https://www.literatura.us/idiomas/rc_mentira.html
[5] https://laantorchamagacin.com/2023/04/02/intimidad/
[6] https://laantorchamagacin.com/2022/12/15/escribir/
[7] https://www.literatura.us/idiomas/rc_deque.html
[8] https://www.literatura.us/idiomas/rc_vedere.html
[9] https://www.literatura.us/idiomas/rc_fling.html
[10] https://perio.unlp.edu.ar/catedras/escritura1/wp-content/uploads/sites/119/2020/08/Quires-hacer-el-favor-de-callarte-Raymond-Carver.pdf
[11] https://www.literatura.us/idiomas/rc_desde.html
[12] https://www.literatura.us/idiomas/rc_cuidado.html
[13] https://www.literatura.us/idiomas/rc_diles.html
[14] https://www.literatura.us/idiomas/rc_dummy.html
[15] https://www.literatura.us/idiomas/rc_tanta.html
[16] https://www.literatura.us/idiomas/rc_noson.html
[17] https://www.literatura.us/idiomas/rc_fat.html
[18] https://www.literatura.us/idiomas/rc_padre.html
[19] https://www.literatura.us/idiomas/rc_vanda.html
[20] https://www.literatura.us/idiomas/rc_lugar.html
[21] https://www.literatura.us/idiomas/rc_nadie.html
[22] https://www.literatura.us/idiomas/rc_menudo.html
[23] https://www.literatura.us/idiomas/rc_tpegado.html
[24] https://www.literatura.us/idiomas/rc_conserva.html
[25] https://www.literatura.us/idiomas/rc_vitaminas.html
[26] https://www.literatura.us/idiomas/rc_plumas.html
[27] https://www.literatura.us/idiomas/rc_elefante.html
[28] https://www.literatura.us/idiomas/rc_sime.html
[29] https://www.literatura.us/idiomas/rc_elcompa.html
[30] https://www.literatura.us/idiomas/rc_catedral.html

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