Afrodescendientes en Chile y Argentina. Breve esbozo de su pasado y presente

El problema identitario se ha puesto en boga en los dos últimos lustros, en parte, debido a la revalorización del aporte de los pueblos originarios y el aporte de los africanos que llegaron como esclavos durante el periodo Colonial a nuestra América. El tema de los afrodescendientes, al menos en el cono sur, se ha revitalizado con la migración de personas de dicha ascendencia, especialmente de países como Haití, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú. Naciones donde la negritud ha estado mayormente presente durante las últimas centurias.

María Remedios del Valle.

Camila Aguirre Riquelme/Aníbal Riquelme Contreras

El problema identitario se ha puesto en boga en los dos últimos lustros, en parte, debido a la revalorización del aporte de los pueblos originarios y el aporte de los africanos que llegaron como esclavos durante el periodo Colonial a nuestra América. La “raza cósmica” que ha regalado América Latina al mundo, tiene como fuentes prioritarias de ascendiente la originaria americana, la europea y la africana, sin perjuicio que desde otras latitudes también llegaron árabes, asiáticos y polinésicos a aportar a este crisol. El tema de los afrodescendientes, al menos en el cono sur, se ha revitalizado con la migración de personas de dicha ascendencia, especialmente de países como Haití, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú. Naciones donde la negritud ha estado mayormente presente durante las últimas centurias.

En el libro La lucha por un pensamiento propio en nuestra América, de Luis Corvalán Márquez[1], se reúnen y exponen distintas líneas de pensamiento que han imperado o se han originado en Latinoamérica a lo largo del siglo XIX y XX. Una de estas sería la Corriente Civilizatoria, la cual, posterior al período de Independencia, entre las décadas del ‘40 y ‘50, serviría como base para los discursos legitimantes de lo que serán los proyectos modernizadores de la oligarquía durante la segunda mitad del siglo XIX.

Domingo Faustino Sarmiento, el primer precursor de dicha corriente y presidente de Argentina entre los años 1868 y 1874, propone la dicotomía entre “civilización y barbarie”, siendo la civilización, por un lado, todo aquello relacionado al mundo anglosajón, Inglaterra y Estados Unidos, y que se traducía en esos años en riqueza, progreso, moralidad, racionalidad, diálogo, y en general, aspectos de la urbanidad del viejo continente. La barbarie, por otro lado, se hallaría encarnada en los indígenas, los negros, los mestizos, los gauchos, los huasos, los llaneros, etc., y estaba asociada a la ociosidad, la violencia, la pobreza, y la suciedad. Es decir, dentro de la noción de lo que sería el estilo de vida de uno y otro grupo, el primero sería aspiracional, mientras que el segundo era necesario erradicarlo, de ser el caso que se desease salir del subdesarrollo.

Según Sarmiento, el plan sería el siguiente, no sólo se educaría a la población de modo que adoptase un estilo de vida europeo, sino que, además, era necesario traer a América población blanca, anglosajona, y con ellos, sus ideas de emprendimiento y de ética: “Había, pues, que blanquear el continente”[2]. Ambas medidas se encontraban relacionadas, puesto que una forma de atraer este tipo de población era creando una sociedad y mercado propicio para ellos, que los llamase a invertir y asentarse en estos parajes. Lo anterior seguiría el esquema del Pacto Colonial, el cual supuestamente, sería beneficioso para nuestra región; había que acabar con los gobiernos bárbaros, para pasar a un gobierno controlado por las élites cultas. Demás esta señalar que sus ideas sustentaron la llamada “campaña del desierto” en Argentina, que conquistó grandes extensiones de territorio que se encontraban en manos de pueblos originarios, de igual manera, la mal llamada “la pacificación de la Araucanía” en la década de 1880, haría su símil en Chile.

Juan Bautista Alberdi, abogado y político argentino, refuerza esta tesis, y le suma el tema de la Identidad Americana[3]: postula que América es una extensión de Europa, y que los que nos llamamos americanos, no somos otra cosa que europeos nacidos en América, dando a entender con ello, que los indígenas o los negros, por nombrar algunos, no serían verdaderos americanos. Consideraba, al igual que Sarmiento, que todo lo demás constituía barbarie, que Europa había construido América, y que la independencia era solo un cambio de mando, en donde España le pasaba el timón a Inglaterra. Su plan era igualmente atraer población anglosajona, como la mejor forma de transmitir sus costumbres a la población, y para lograrlo, se implementaron políticas en el cono sur, tales como, abrirse a tratados de amistad y de comercio, masificar la enseñanza del inglés, y ofrecerles plenas garantías a los inmigrantes y a sus capitales.

¿Cómo se llegaron a aplicar estas ideas en la realidad de ambas naciones?

En el caso de Argentina, un ejemplo lo encontramos en la figura de María Remedios del Valle, mujer negra, o parda, como se le denomina en algunos registros, quien se ganó el título de “Madre de la patria argentina”, por su contribución en la lucha por la Independencia de dicho estado. Su actuación se inicia con la primera expedición militar a las provincias interiores, que partió de Buenos Aires el 20 de junio de 1810, acompañando a su esposo y dos hijos, en la división del comandante Bernardo de Anzoátegui, capitán de la 6ta Compañía del Batallón de artillería Volante. También participó junto al general Belgrano en las victorias de Tucumán (1812) y Salta (1813), y en las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma (ambas en 1813), resultando, tras esta última, con una herida de bala, para luego ser tomada prisionera por los realistas y sometida a 9 días de azotes públicos. Recién se vuelve a saber de ella en el año 1826, cuando inició la gestión para que se le concediese una pensión por los servicios prestados, tanto de parte de ella como de sus esposo e hijos fallecidos. En el año 1828 los diputados votaron a favor de otorgarle el cargo de Sargento Mayor de Caballería (21 de nov. De 1829), y dos meses después fue incluida en la Plana Mayor (29 de enero de 1830).

26 de agosto 2008 © AFP photo, Claudio Santana.

Para hacernos una idea de lo importante que fue Del Valle, tenemos que, por un lado, sólo a 3 mujeres se les pagó haberes militares de oficial, y por otro, dicho trámite contó con el apoyo de 3 generales y 3 coroneles, que aportaron con testimonios escritos, en los cuales se la cataloga como valiente, constante y patriota, además de especificar su labor en la batalla, la cual fue remendando y lavando la ropa de los oficiales, sirviendo en los hospitales, e incluso, haciéndose ella misma con las armas, razón por la cual fue herida varias veces de bala.

“Pero en 1870, cuando se empieza a reescribir la historia en torno a la inmigración, piensan que no es muy coherente tener una madre de la patria negra, cuando se promovía una inmigración blanca, y empezaron a ignorarla y a correrla de la historia, y así la hicieron desaparecer”, explica el historiador Felipe Pigna para BBC News[4].

El caso chileno no fue mejor; sabemos que una de las consecuencias que tuvo la guerra del Pacifico (1879-1884), fue la anexión o incorporación de nuevos territorios nortinos de Arica, Tarapacá y Antofagasta a Chile, los que antes le pertenecían a Perú y Bolivia. Respecto a este suceso, y para que nos hagamos una idea, en esos tiempos la ciudad de Arica arrojó en su último censo casi un 57% de población afro, solamente en la zona urbana, y un 90% en el Valle de Azapa. Es por lo anterior que, una vez incorporado el territorio, se comienzan a poner en marcha las ideas identitarias de la época: “Había que casarse con gente blanca porque había que “arreglar la raza”, eso se decía mucho entre las familias afro de esta zona”, comenta para BBC News el fundador de la ONG Lumbanga, Cristian Báez. Dentro de la misma entrevista, le suma también que, “Cuando Chile toma este lugar, les dice a los que están aquí que si quieren quedar se han de hacer chilenos. Y eso fue un proceso muy maquiavélico. Había que blanquearlos para que dejaran de estar peruanizados. Y en ese blanqueamiento empiezan a prohibirnos tradiciones y costumbres que venían de una herencia ancestral africana”[5].

Báez también escribió el libro “Lumbanga: memorias orales de la cultura afrochilena” (2012), en donde nos muestra lo xenófobo, racista y nacionalista que era los discursos de las Ligas Patrióticas, que eran brigadas que existieron en forma intermitente desde la década de 1910 hasta 1930, principalmente en las provincias de Tarapacá y Antofagasta. En su relato se da conocer el cómo recorrían la ciudad pintando una cruz negra en las puertas de las casas, junto a la amenaza de que, si no se iban de Arica, los vendrían a matar por las noches. En esa misma investigación se recogieron vivencias de abuelos y abuelas afrodescendientes, como el relato de Rosa Guiza Lanchipa, criada en la Chimba (zona costera cercana a la ciudad, donde habitaron afrodescendientes hasta el período de la chilenización), la cual testifica, entre otras cosas, que mientras una parte de la población negra fue asesinada o desaparecida, otros no tuvieron más opción que huir a Tacna.

Pero ¿Cómo se encuentra la situación actualmente?

Uno de los acontecimientos que hizo ruido sobre este tema ocurrió en el año 2000, en el marco de una Pre-Conferencia Regional Preparatoria de la III Cumbre Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial y otras formas conexas de Intolerancia realizada en Santiago, donde le preguntaron al entonces presidente Ricardo Lagos, si había negros en Chile, a los que este respondió que “no, porque se habían muerto de frío”[6]. Es en ese momento cuando un grupo de chilenos, provenientes de Arica, le corrige: “Le dijimos que no nos habíamos muerto nada de frío. Muchos dirigentes de otros países que estaban ahí lloraron y nos abrazaron, porque Chile era uno de los países que negaba la presencia de los afrodescendientes y por lo tanto se cortaba el eslabón que da el proceso de la Ruta del Esclavo en el mundo. Era raro que acá no hubiera quedado impacto del proceso de la trata negrera”, explica Marta Salgado, presidenta de la ONG Oro Negro.

El segundo hecho fue en el 2018, cuando tras el partido entre Argentina e Islandia, el usuario @Hereto_pree Twittea: “Me pregunté por qué no hay negros en la Selección argentina”[7].  Y posterior, comparte una publicación de Facebook, de la usuaria Jude Idada, originaria de Toronto, quien, a raíz de la misma situación, nos cuenta una anécdota en donde, durante una conversación con una argentina, esta le comenta que no hay negros en Argentina, debido a que murieron tras la esclavitud. En esa misma conversación, la mujer le explica que, “Los mandaron a sabiendas en batallas que eran pobremente planeadas para que el ejército paraguayo haga lo que ellos no podían hacer: matar a los negros”, y que “Los que no, fueron forzados a vivir en esta provincia en la que había una plaga. Una enfermedad que el Gobierno se negó a parar así también podía lograr lo que ellos no debían hacer: matar a los negros. Para rematar el terrorífico relato, le comenta que, “A las mujeres menos oscuras las forzaban a tener relaciones con hombres blancos, así tenían hijos birraciales”. Ante esto, Ignacio Telesca, historiador argentino que estudió la guerra que enfrentó a Paraguay contra Argentina, Uruguay y Brasil, confirma la primera de estas afirmaciones: “Se llegaron a liberar esclavos negros para que reemplazasen a los soldados”, cuenta para el diario Montevideo, “Muchos fueron comprados por el Estado para que integrasen a las filas de sus ejércitos”[8].

¿Reivindicación?

En 2019 se vieron frenados los avances en materia de reivindicación étnica y racial producto de la pandemia, sin embargo, algunos logros que rescatamos del nuevo milenio son, por un lado, que en Argentina, no sólo se les incluyó en el censo de 2010, en el que 150.000 personas se reconocieron como afrodescendientes, sino que el 24 de abril de 2013, se sanciona en dicho país la Ley N° 26.852, que instituye el día de 8 de noviembre como “Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura afro” en conmemoración a María Remedios del Valle. Por otro lado, el 16 de abril de 2019 fue un día histórico para Chile, ya que se promulgó la Ley 21.151, la cual le otorga reconocimiento legal al pueblo tribal afrodescendiente chileno; La normativa indica que “los afrodescendientes chilenos son aquellos que se identifican como tal y comparten la identidad de los descendientes de la trata transatlántica de esclavos africanos traídos a Chile entre los siglos XVI y XIX”.

Por último, sabemos que el racismo sigue estando muy presente en nuestro país, un ejemplo lo vemos en la nota que hizo canal 13 en 2018, en torno a la ola de comentarios negativos que desató en YouTube el trailer del documental Petit Frère[9], cuyo protagonista es un inmigrante haitiano en Chile; se le tacho de “Propaganda barata pro-monos”, y se dijo “¿Cuál es la gracia de gastarse una millonada de fondos públicos en personajes cuyo aporte es NULO? Excepto para la industria del Super 8”. Estos ataques se fundamentan en un pasado identitario que niega nuestra propia herencia negra, y es que, aunque nos cueste admitirlo, la llegada de población negra no se trata de algo actual; tan solo durante el periodo colonial fueron traídos a través del río de la Plata, hacia ciudades como Santiago o el puerto de Valparaíso, cerca de 70.000 esclavos negros. Esta población no sólo estuvo de paso, sino que logró instalarse, mezclarse con los locales, y es gracias a ello que hoy en día se baila el tango, la cumbia o encontramos en nuestro vocabulario palabras tales como kilombo, milonga, mandingo o mucama, que nutren aún más nuestra identidad latinoamericana.

Notas

[1] Luis Corvalán Márquez, La lucha por un pensamiento propio en nuestra América, América en Movimiento, Santiago, 2015, p. 28.

[2] Ibídem p. 29.

[3] Ibídem, p. 32.

[4] «Aquí no hay negros»: cómo se borró de la historia de Argentina y Chile el aporte de los esclavos y los afrodescendientes. Jaime González de Gispert, BBC News Mundo, 11 de junio de 2019. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48508342

[5] Ibídem.

[6] G5noticias.12 agosto 2021. https://g5noticias.cl/2021/08/12/gabriel-boric-se-reune-con-representantes-afrodescendientes-y-compromete-su-reconocimiento-en-un-futuro-gobierno/

[7] Aporrea.org. “¿Por qué no hay negros en la selección argentina?”: El crudo relato de un canadiense que se volvió viral. Bárbara Simeoni- Agencias.  Lunes, 25/06/2018. https://www.aporrea.org/internacionales/n327155.html

[8] Hoy. 3 agosto 2016. https://www.hoy.com.py/espectaculos/afrodescendientes-carne-de-canon-en-guerra-grande

[9] Petit-Frère (2018). Documental dirigido por Roberto Collio y Rodrigo Robledo. https://cinechile.cl/pelicula/petit-frere/

Camila Aguirre Riquelme (1999). Estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso. 
Aníbal Riquelme Contreras (Valparaíso, 1975). Docente, investigador, cronista. Licenciado en Educación e Historia por la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso, Magíster en Estudios Históricos con mención en Cultura y Sociedad en Chile y América Latina por la Universidad de Valparaíso. Es editor de la página Cerro Cordillera del Ayer Fotográfico. Publicó el libro Orígenes de una comunidad. El cerro Cordillera de Valparaíso a inicios del siglo XX. Valparaíso, Ediciones Inubicalistas, 2022. Una reseña de este libro se puede leer en nuestra revista # 12.

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