El Ka viene conmigo de Paula Lavanderos

En la obra de Paula hay una reivindicación de los objetos como portadores de historias y memorias. Ante la desaparición de los cuerpos, y en una cultura donde todo pareciera desaparecer, volverse liviano y desvanecerse, esto es un gesto de resistencia. Un gesto de resistencia que se hace cargo no solo del presente de las cosas, sino de su pasado y de sus futuros posibles. Retazos de telas recicladas, tejeduras y libros confeccionados con cajas de tetra pack así nos lo señalan.

© Jorge Brantmayer

Mariana Zegers Izquierdo

Los arrojaron al mar

Y no cayeron al mar

Cayeron sobre nosotros.

(Elvira Hernández, Restos)

El Ka viene conmigo, de Paula Lavanderos, permite ingresar en la plasticidad y la materialidad de la memoria. Memorias biográficas, cotidianas, que Paula amasa con gres y teje con algas. Memorias que esculpe con esa mezcla de arcillas que cuece a altas temperaturas, que nos remontan a una memoria anterior: la de los bruñidos indígenas o de los alfareros de Pomaire. Memorias que dibuja y pinta, que esmalta, graba y amarra. Memorias que teje. Memorias que se tejen.

La fuerza vital del Ka es creada por un alfarero para ser depositada en la persona recién nacida. Las obras de Paula invitan a observar con todos los sentidos. Provoca el tacto, provoca hundir los dedos en las materialidades, de palpar sus superficies y sus formas. En esa intención, un movimiento marino nos mece; son las conchas marinas, las piedras esculpidas por la marea con las que jugamos en la orilla de la playa. Es el recuerdo inmemorial del torno de ese alfarero.

En la obra de Paula hay una reivindicación de los objetos como portadores de historias y memorias. Ante la desaparición de los cuerpos, y en una cultura donde todo pareciera desaparecer, volverse liviano y desvanecerse, esto es un gesto de resistencia. Un gesto de resistencia que se hace cargo no solo del presente de las cosas, sino de su pasado y de sus futuros posibles. Retazos de telas recicladas, tejeduras y libros confeccionados con cajas de tetra pack así nos lo señalan.

Nuestras memorias no están en el aire, no están debajo del mar. No están desarraigadas de una presencia material. Vivimos con los cuerpos desaparecidos. Ellos fueron arrojados al mar, pero no cayeron allí. Están en nuestras maletas, están en nuestros territorios y en nuestros cuerpos. Hay una materialidad ineludible e inapelable en esa ausencia.

Llevamos nuestros hogares con nosotros, objetos que contienen memorias colectivas y personales. Esas memorias tejen sentidos diversos; sobre el pasado, en el presente, por el futuro. La obra de Paula invoca la presencia de los objetos con la conciencia de su paso sobre la Tierra y todos los significados que portan. Es un espacio donde las palabras y las cosas vuelven a unirse.

El Ka viene conmigo nos recuerda que llevamos nuestra a casa a cuestas, y que en ella habita todo aquello que creamos y dotamos de sentido. Nuestra casa es nuestra fuerza vital. Nuestra casa no es solo nuestra, sus paredes están hechas de un lenguaje anterior. Nuestra casa es nuestra experiencia y fuerza vital. Nuestra casa es también refugio de todas y todos nuestros muertos. Y como el Ka, como Marta Ugarte, viven después de la muerte.

Fotografías © Camilo Pardow

Mariana Zegers Izquierdo (Santiago, 1985). Poeta, docente, investigadora, editora y productora radial. Licenciada y Máster en Literatura y Lengua hispanoamericana. Publicó el poemario Montaje sobre montaje (TEGE, 2018). Se ha adjudicado en dos oportunidades el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Línea de Creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Las ilustraciones son de la autora. Los poemas que incluimos son parte del proyecto de libro Marta, los cuales giran en torno al caso de Marta Ugarte Román. [Lee también de Mariana en La Antorcha Magacín 1 y 4].

Paula Lavanderos Morales (Chile, 1978). Artista Visual, Escuela de Artes Visuales Neptalí Rincón, Venezuela (1997). Arquitecta, Universidad del Zulia, Venezuela (2007). Ha colaborado con: Claudio Valdés Mujica, “también el jugador es prisionero”, (2015), Galería Metropolitana, Chile. Christian Vinck cerámicas policromadas “Los Paulistanos”. Tamir  Lichtenberg, Christian Vinck y Bernardo Ramalho, “A los pájaros Argentinos”, pieza sonora. (2011). Exposiciones individuales: “En movimiento” (2004). Muestra Individual en el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez. “El Ka viene conmigo”, Muestra Inaugural proyecto El Muro, dirigido por Josefina Guilisasti, Santiago, Chile (2022). Publicaciones: Concepción Grafica Holuzam Records, Molero– Ficciones del trópico, (2020), Portugal / España. Libro de Artista “Conversaciones desde la retícula” (2019),  materialidades y composiciones con tetra pack. Ha vivido en Chile, República Dominicana, Venezuela, España. Vive y trabaja en su taller en Madrid.

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