
Al igual que escritores como Bret Easton Ellis o Stephen King, las narraciones de Bolaño se interconectan en un gran universo donde los personajes entran y salen de sus novelas y cuentos, fomentando una lectura abierta a la interpretación dentro de la trama, pero también creando la sensación de interconexión en los textos que alude a una obra mayor, la cual genera popularidad de culto en una multitud lectora que devora sus obras como un organismo viviente.
El gueto que alberga los cuentos de Bolaño es una mezcla desordenada de varias arquitecturas. Tiene elementos barrocos y clásicos con refacciones modernas las cuales parecieran estar fuera de lugar, pero de alguna manera funcionan. Hay colchones por doquier, te encuentras una cocina metida por aquí, una salita por allá, un corredor torcido que lleva a un patio oculto, una biblioteca que también es usada de fumadero, balcones en ruinas y techos de latón donde la gente se esconde, descansa o tiene sexo. Es un lugar divertido, lleno de vida, pero sobre el cual también pesa un aire de amenaza que no sabes de dónde emana, como si alguien te fuera a acuchillar o dar un golpe en la nuca sin previo aviso. Los habitantes son de lo más cosmopolitas, viniendo de muchos países de Latinoamérica, Europa y Norteamérica y tienen variados oficios: hay un estafador, un futbolista, unos detectives, una actriz porno y una periodista. Pero sobre todo hay exiliados políticos y poetas.
La primera frase de El Ojo Silva[1] dice: Lo que son las cosas, Mauricio Silva, llamado el Ojo, siempre intentó escapar de la violencia aun a riesgo de ser considerado un cobarde, pero de la violencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década del cincuenta, los que rondábamos los veinte años cuando murió Salvador Allende. El narrador establece al personaje principal (comunista homosexual exiliado, discriminado por la izquierda conservadora y salvador de niños castrados en la India) y un telón de fondo el cual se extiende reptando por toda la bibliografía del autor como una infección maligna o una enfermedad contagiosa. Esa violencia verdadera puede ser un golpe de estado en Latinoamérica o niños prostituidos en Oriente Medio. Violencia dicha con ligereza de estilo, algo profundo y entretenido al mismo tiempo. Belleza en lo atroz. La preocupación de Bolaño es la capacidad humana de dañar, expresada con sencillez y sin adornos. Desde sus mediocres primeras novelas, la mayoría de sus cuentos, hasta 2666[2] (2004), su novelón, aquel desquiciado mamotreto de mil páginas que le absorbió la vida, comparten esa semejanza. Son libros que hablan de violencia. También hablan de viajes, sexo, libros, atardeceres y gente que no se vuelve a ver. Pero sobre todo de violencia. Violencia física, violencia psicológica, violencia sexual, violencia amorosa, violencia política, violencia literaria, violencia poética.
Por su parte, Crímenes[3] esboza a una periodista que se acuesta con dos hombres y discute con un vendedor de calcetines el caso de una mujer que se acostaba con dos hombres y uno de ellos la asesinó de veintisiete puñaladas: Siempre matan a las mujeres, dice él, y hace un gesto con la mano derecha que resulta ininteligible. En otros textos la violencia está implícita, es una advertencia futura, encarnada en El secreto del mal[4], corto relato sobre un periodista que es despertado en medio de la noche por un hombre misterioso, quien tiene información grave para entregarle, pero el cuento termina sin que sepamos qué es. También la violencia se presenta de manera caricaturesca en El hijo del Coronel[5], en el cual un narrador sin nombre cuenta su experiencia viendo una película de zombis barata (que, al final, es una historia de amor), donde un joven trata de salvar a la chica que ama cuando esta es infectada de una mordida e, incluso cuando es zombificada, la sigue amando: En un momento de la huida, Julie mira a los ojos a su novio y le pregunta, no recuerdo si con la mirada o con palabras, cómo la puede amar todavía. Por toda respuesta el joven Reynolds la besa en la mejilla y luego le limpia los labios y la besa en la boca. Te amo, le dice, te amo más que nunca.
Punto y aparte es Detectives[6], relato en el cual unos detectives sostienen un crudo diálogo sin descripciones en torno a la violencia, el uso de armas, la misoginia y el espíritu cobarde de los chilenos. Se me aparecen los muertos en los sueños, dice uno de ellos, se me mezclan con los que no están vivos ni muertos. Además, en este cuento se narra el apresamiento de Arturo Belano (álter ego de Bolaño) durante el golpe de estado de Pinochet en 1973. Este suceso ha sido tanto confirmado como desmentido y forma parte del juego metaliterario del autor para mezclar realidad y ficción, hecho y mito, vida con literatura. Es uno de los tantos relatos cuya veracidad autobiográfica ha sido cuestionada, como Playa[7], un cuento que se extiende por varias páginas, escrito sin puntos en un solo párrafo y que comienza con la frase: Dejé la heroína y volví a mi pueblo y empecé con el tratamiento de metadona que me suministraban en el ambulatorio, texto que el autor mandó como broma pesada a una revista cuando le pidieron una colaboración de no ficción, lo cual llevó a muchos estudiosos de su obra a pensar que el autor sufría de tal adicción.
Al igual que escritores como Bret Easton Ellis o Stephen King, las narraciones de Bolaño se interconectan en un gran universo donde los personajes entran y salen de sus novelas y cuentos, fomentando una lectura abierta a la interpretación dentro de la trama, pero también creando la sensación de interconexión en los textos que alude a una obra mayor, la cual genera popularidad de culto en una multitud lectora que devora sus obras como un organismo viviente. Belano, poeta y escritor, uno de los personajes principales de Los detectives salvajes[8], la tórrida y desenfrenada novela que instaló a Bolaño en el ojo público, es protagonista en varios de sus cuentos (aunque muchas veces sólo se le menciona como “B”). Por mencionar algunos: El gusano[9], donde se hace amigo de un hombre armado en una plaza de México, Últimos atardeceres en la tierra[10], relato en el que va de vacaciones con su papá a Acapulco y vive situaciones incómodas, Días de 1978[11], al que asistimos a sus encuentros con exiliados chilenos y que termina en tragedia, o Muerte de Ulises[12], cuento en el que Bolaño habla sin rodeos, apenas disfrazándose en los pseudónimos literarios, de la muerte de su amigo Mario Santiago Papasquiaro, el mítico Ulises Lima, coprotagonista de Los detectives salvajes. Otro personaje que aparece y desaparece de su ficción es Lalo Cura, quien narra Prefiguración de Lalo Cura[13], hijo de una actriz porno colombiana, es mencionado en William Burns[14] como Pancho Monge, en la novela incompleta Los sinsabores del verdadero policía[15] (2011) es Pancho Monje e investiga asesinatos de mujeres y funciona como antesala a 2666, donde también se llama Lalo Cura, pero con otra historia de origen, en la cual es descendiente de una estirpe de mujeres violadas.
Como en El Ojo Silva, Bolaño ocupa mucho el recurso del narrador testigo. No me pasó a mí, pero lo vi todo. No estuve ahí, me contaron. Alguien me lo dijo en un bar. Alguien me lo contó después de hacer el amor. Alguien se lo insinuó a mi prima, a mi tía, a mi mamá, a mi amiga y a ella se le escapó el chisme en una cena. Jim[16] es un relato cortísimo donde Bolaño (o Belano) pinta el retrato de un gringo ex combatiente de Vietnam convertido en poeta. No es necesario saber mucho sobre él, sólo que bebe hasta vomitar y no quiere más peleas, tanto así que incluso es capaz de dejar que un tragafuego enojado lo queme vivo: Chingado y hechizado parecía Jim. El embrujo de México lo había atrapado y ahora miraba directamente a la cara a sus fantasmas. Buba[17] también sigue esta línea, donde dos jugadores de fútbol atestiguan cómo uno de sus compañeros de equipo hace rituales de sangre para, supuestamente, ganar los partidos. Años después le preguntan a una brasileña sobre qué hacía su compañero y ella les dice: Tal vez bebía la sangre o tal vez la arrojaba al inodoro, que tal vez orinaba o defecaba en la sangre o que tal vez no hacía ninguna de esas cosas, que tal vez se desnudaba y se empapaba con la sangre y después se duchaba, pero que todo eso sólo eran suposiciones. Son maneras indirectas de acercarse a la historia, una manera de poder contar algo, pero sin caer en lo explícito, dejar a la imaginación del lector el resto para que saquemos nuestras propias conclusiones.
Incluso con sus cuentos más humorísticos, la violencia se hace presente. El policía de las ratas[18], nos presenta una sociedad de ratas donde Pepe el Tira, el protagonista (pariente de Josefina la Cantora, personaje de Kafka), tiene que resolver el caso de un asesino que está matando a los de su propia especie, incluyendo crías: Si se lo hubiera llevado un depredador se lo habría comido, le dice Pepe a uno de sus superiores, al bebé lo mataron por placer, no por hambre. Aquí se mezcla la risa y el horror al imaginar a unas ratitas resolviendo misterios policiales, pero el tema de la vida y la muerte se toca con la misma seriedad como si los personajes fueran seres humanos. En El gaucho insufrible[19], una parodia de El sur[20] de Borges, se narra la vida de un abogado quien elige vivir como gaucho en la pampa, pero ahora los gauchos no quieren pelear y andan en bicicleta en lugar de caballos, sin embargo, al final, siempre prevalece una imagen desoladora: No pocas ocasiones el tren no pasó nunca, como si ese pedazo de Argentina se hubiera borrado no sólo del mapa sino de la memoria. Otro ejemplo solapado de su humor macabro es El retorno[21], que empieza así: Tengo una buena y una mala noticia. La buena es que existe vida (o algo parecido) después de la vida. La mala es que Jean-Claude Villeneuve es necrófilo. Ahí es donde Bolaño pega el mordisco. Su comedia oculta un monstruo horrible. Un chiste negro el cual te deja con la sonrisa congelada y preguntándote: ¿por qué mierda me estoy riendo de esto?
En Bolaño el deseo sexual es irrefrenable. No es algo que domine su narrativa por completo, pero sí es fundamental para entender muchas de las acciones de sus personajes, especialmente de hombres débiles e indecisos que se enamoran de mujeres enigmáticas, fieras y sufridas (una de las únicas excepciones es Joanna Silvestri[22], una actriz porno en declive nos narra su relación con Jack Holmes, su compañero de actuación cuya vida ha entrado en decadencia). Primero hay que vaciar la botella, (…) luego el alma. (…) Aunque yo, añadió, como es natural, no creo en el alma, dice el protagonista de La nieve[23], antes de contar sus andanzas por los bajos fondos de Moscú, su envolvimiento sexual con una gimnasta rusa y el mafioso que la desea, el cual lo lleva a la desesperación, o el relator sufrido que esboza a su amiga Clara[24] y su personalidad endurecida por las frustraciones y el cáncer: En alguna ocasión me puse nostálgico y traté de evocar los días pasados, pero Clara entonces se recubría con su coraza de hielo y yo no tardaba en abandonar la nostalgia, o la desequilibrada Sofía de Compañeros de celda[25], la cual entre amantes, drogas duras y decepciones, va perdiendo la cordura hasta casi matar a un amigo del narrador. En Vida de Anne Moore[26], un hombre enamorado de la protagonista cuenta las diversas desventuras sexuales y amorosas de esta, y cómo va descartando a los hombres sin nunca encontrar felicidad, pasando por muchas ciudades, oficios y situaciones varias. Estos narradores logran poseer de manera sexual a estas mujeres fatales, pero no pueden hacer que ellas se enamoren de vuelta o los dejen acceder en profundidad a su mundo interno, quedando como diosas o demonias envueltas en misterio. Llamadas Telefónicas[27] mezcla tanto la violencia, la sexualidad y la posible autobiografía: B está enamorado de X. Por supuesto, se trata de un amor desdichado, pero aun así se acuestan, él se enamora, ella no, y la terminan matando. Putas asesinas[28] es el cuento donde la temática de la mujer inestable y caótica y el hombre pusilánime es llevada al extremo, mostrando a un tipo secuestrado por una mujer quien, luego de haberlo engatusado sexualmente ha decidido ejercer sobre él una venganza por algo que le hizo otro hombre (posiblemente una violación): Estás desnudo en mi cámara de los horrores, Max, y tus ojos siguen el movimiento pendular de mi navaja, como si ésta fuera un reloj o el cuco de un reloj de pared.
Hay algunos cuentos que abarcan otro tipo de temáticas íntimas. Tenemos Encuentro con Enrique Linn[29], donde Bolaño cuenta un sueño que tuvo sobre el poeta cuando este ya está muerto ya que era el año 2000 pues por entonces Rodrigo Lira, el mejor, ya se había suicidado y llevaba varios años pudriéndose en algún cementerio o sus cenizas volando confundidas con las demás inmundicias de Santiago, o Carnet de Baile[30], donde narra anécdotas reales de su vida, como cuando el maestro zen de Jodorowsky le pegó en la cabeza con un palo por abandonar su clase de meditación. También hay cuentos cuyo tema central es exclusivamente la literatura, como Una aventura literaria[31], donde el narrador se ve envuelto o no en lo que podría ser un chisme intertextual (trama reutilizada y expandida en El viaje de Álvaro Rousselot[32]), Dentista[33], que cuenta las peripecias de dos amigos quienes conocen a un adolescente con un talento innato y excepcional para escribir cuentos, lo que les lleva a la conclusión de que uno nunca termina de leer, aunque los libros se acaben, de la misma manera que uno nunca termina de vivir, aunque la muerte sea un hecho cierto, o Henri Simon Leprince[34], en el cual el protagonista ha comprendido y aceptado que los buenos escritores necesitan a los malos escritores aunque sólo sea como lectores o como escuderos.
Pero también la literatura conduce a la muerte, ya sea por el olvido, como en Sensini[35], sobre el horror que siente un escritor novato cuando se entera que un escritor de prestigio gana plata mandando cuentos a concursos municipales. Este cuento está basado en Antonio Di Benedetto, con el cual Bolaño participó en varios de estos concursos, de los que ganó uno por el cuento El contorno del ojo[36](cuyo narrador, un poeta chino, piensa en el suicidio), cuento suelto escrito por la época en que escribió a cuatro manos Diario de Bar[37] con A.G. Porta. El tristísimo relato Enrique Martín[38] también muestra a un mal poeta que ve cómo todo se derrumba a su alrededor y termina suicidándose. En muchos de estos relatos, el alivio de la literatura no es suficiente, el ímpetu artístico no vence y gana la crueldad de la vida por sobre el alma valiente del poeta.
La muerte, el espectral e inevitable destino de todo ser viviente. En su amarga conferencia Literatura + enfermedad = enfermedad[39], Bolaño arremete contra tres de sus grandes obsesiones, el sexo, la lectura y los viajes, diciendo que el destino de la humanidad está condenado: En un oasis uno puede beber, comer, curarse las heridas, descansar, pero si el oasis es de horror, si sólo existen oasis de horror, el viajero podrá confirmar, esta vez de forma fehaciente, que la carne es triste, que llega un día en que todos los libros están leídos y que viajar es un espejismo. La desesperante inmediatez de su enfermedad mortífera aceleró sus narraciones, en principio escritas para sustentar a su familia, que luego se convirtieron, entre más se acercaba a la muerte, en su apuesta final, una carrera a contrarreloj para crear esa gran obra total convertida en libros (que puede ser sintetizada en adjetivos que él usaba mucho, como desmesurada o desmedida), como bien señala Lina Meruane en Nunca más volvió a verlo[40], su emotivo prólogo a los Cuentos completos de Bolaño: Extrañamente, ese sistema de referencias cruzadas no producía una obra cerrada en sí misma, apretada, estéril, inmóvil, irrespirable, sino que funcionaba como una galaxia llena de planetas y asteroides y estrellas que giran en su órbita evitando caer en el sol negro que yace en su centro. A pesar de todo, esa urgencia quemante no fue suficiente y Bolaño murió joven, con muchos proyectos inconclusos a su haber.
Muchos de los resabios de cuentos, novelas, poemas y ensayos póstumos fueron sacados de su computador cuando Bolaño murió. No sé leer[41], Músculos[42](primer borrador de Una novelita lumpen[43]), La gira[44], Daniela[45], Las Jornadas del Caos[46] y Bronceado[47] son algunos de los potenciales esbozos de cuentos que nunca fueron, despojos sangrientos, abortos literarios destinados a nunca publicarse, embriones maltrechos conservados en un Word, profanados para la opinión pública. ¿Es justo para Bolaño que se busque más material en sus borradores, saqueando su tumba de letras para hacer más plata de huesos viejos? ¿O debieron quedar ahí, enterrados, restos polvorientos en el sepulcro artístico de un autor que tenía mucho más para dar, pero la literatura y la enfermedad lo mataron antes de tiempo?
Miguel Ogalde Jiménez (Valparaíso, 1996). Escritor y traductor. Licenciado de Periodismo por la Universidad de Playa Ancha. Realizó su tesis sobre Truman Capote. Influenciado por Roberto Bolaño, Raymond Carver y Elfriede Jelinek (y unos cuantos más). Trabaja publicando cuentos y poemas de sus amigos en editoriales autogestionadas porteñas. Puedes revisar cuentos y traducciones de Ogalde Jiménez en los números 12, 15, 19, 21 y 22 de nuestra revista.
Notas
[1] https://www.perio.unlp.edu.ar/catedras/wp-content/uploads/sites/145/2020/06/el_ojo_silva_-_bolano.pdf
[2] https://lacorrupcion.files.wordpress.com/2010/06/bolano-2666.pdf
[3] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio El secreto del mal.
[4] https://www.literatura.us/bolano/delmal.html
[5] https://vomiteunconejito.wordpress.com/2020/06/27/el-hijo-del-coronel-roberto-bolano/
[6] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio Llamadas telefónicas: https://biblioteca.choapa.cl/Libros/roberto%20llamadas-telefonicas.pdf.
[7] https://www.literatura.us/bolano/playa.html
[8] https://www.liceomarygraham.cl/wp-content/uploads/2020/04/Bolan%CC%83o-Roberto-Los-detectives-salvajes-doc.pdf
[9] https://www.literatura.us/bolano/gusano.html
[10] https://www.literatura.us/bolano/ultimasa.html
[11] https://descontexto.blogspot.com/2012/07/dias-de-1978-de-roberto-bolano.html
[12] https://www.literatura.us/bolano/ulises.html
[13] https://estoespurocuento.wordpress.com/2013/09/10/roberto-bolano-prefiguracion-de-lalo-cura-cuento/
[14] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio Llamadas telefónicas: https://biblioteca.choapa.cl/Libros/roberto%20llamadas-telefonicas.pdf.
[15] https://prepa.unimatehuala.edu.mx/pluginfile.php/7362/mod_glossary/attachment/298/Los%20sinsabores%20del%20verdadero%20policia%20-%20Roberto%20Bolano.pdf
[16] http://www.letras.mysite.com/bolano111203.htm
[17] http://www.cuentosdelapelota.com.ar/2009/12/buba-roberto-bolano-chile.html
[18] https://www.literatura.us/bolano/ratas.html
[19] https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/4857623/mod_resource/content/1/el-gaucho-insufrible-roberto-bolano.doc
[20] https://ciudadseva.com/texto/el-sur/
[21] https://estoespurocuento.wordpress.com/2013/09/10/roberto-bolano-el-retorno-cuento/
[22] https://verseando.com/blog/roberto-bolano-de-llamadas-telefonicas-joanna-silvestri/
[23] https://elortiba.org/la-nieve/
[24] https://verseando.com/blog/roberto-bolano-de-%C2%B7llamadas-telefonicas%C2%B7-clara/
[25] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio Llamadas telefónicas: https://biblioteca.choapa.cl/Libros/roberto%20llamadas-telefonicas.pdf.
[26] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio Llamadas telefónicas: https://biblioteca.choapa.cl/Libros/roberto%20llamadas-telefonicas.pdf.
[27] https://www.literatura.us/bolano/llamadas.html
[28] https://verseando.com/blog/roberto-bolano-relatos-putas-asesinas/
[29] https://www.literatura.us/bolano/lihn.html
[30] https://narrativabreve.com/2013/11/cuento-roberto-bolano-carnet-baile.html
[31] https://www.literatura.us/bolano/aventura.html
[32] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio El gaucho insufrible: https://mural.uv.es/jocaji/libros/bolano/Bola%C3%B1o,%20Roberto%20-%20El%20gaucho%20insufrible.pdf
[33] https://www.literatura.us/bolano/dentista.html
[34] https://uninstantedecaos.blogspot.com/2010/11/roberto-bolano-fragmento-del-relato.html (solo es un fragmento)
[35] https://www.literatura.us/bolano/sensini.html
[36] https://tlriidcchazcapotzalco.files.wordpress.com/2017/01/roberto-bolac3b1o-el-contorno-del-ojo.pdf
[37] https://uninstantedecaos.blogspot.com/2010/12/diario-de-bar-roberto-bolano-y-g-porta.html
[38] https://www.literatura.us/bolano/martin.html
[39] http://www.letras.mysite.com/bolano290903.htm
[40] http://letras.mysite.com/rbol140721.html
[41] https://autopseudobolano.files.wordpress.com/2019/03/bolac3b1o-no-se-leer.pdf
[42] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio El secreto del mal.
[43] https://profesoralesliealvarado.files.wordpress.com/2016/07/una-novelita-lumpen-roberto-bolano-3.pdf
[44] https://venepoetics.blogspot.com/2009/06/la-gira-roberto-bolano.html
[45] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio El secreto del mal.
[46] https://descontexto.blogspot.com/2008/02/las-jornadas-del-caos-de-roberto-bolao.html
[47] No encontrado en formato individual, disponible en el compendio El secreto del mal.

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