
Joyce Mansour
[Traducción de Eduardo Cobos]
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Escúchame
Tus manos me escuchan
No cierres tus ojos
Mis piernas permanecen abiertas
Pese a la luz ruidosa del mediodía
Pese a las moscas
No rehúses mis palabras
No te encojas de hombros
Escúchame, Dios mío
He pagado el diezmo
Y mis plegarias valen tanto como las del vecino.
***
Sus cabellos rojos huelen a océano
El sol crepuscular se refleja en la arena muerta
La noche se extiende sobre su lecho engalanado
Mientras que la mujer jadeante temblorosa
Recibe entre sus piernas flexionadas
Los últimos besos de un sol moribundo.

***
Que mis senos te provoquen
Quiero tu pasión
Quiero ver ensombrecerse tus ojos
Tus mejillas blanquear en tanto se ahondan
Quiero tus estremecimientos
Que estalles entre mis muslos
Que mis deseos sean satisfechos sobre el suelo fértil
De tu cuerpo sin pudor.
***
Te gusta acostarte en nuestra cama deshecha
Nuestros antiguos sudores no te asquean.
Nuestras sábanas manchadas por sueños olvidados
Nuestros gritos que resuenan en la pieza oscura
Todo esto exalta tu cuerpo hambriento.
Tu feo rostro se ilumina por fin
Porque nuestros deseos de ayer son los sueños de mañana.

Joyce Mansour (Bowden, Inglaterra, 1928-París, 1986). Tras estudiar en Inglaterra, Suiza y Egipto, llegó a París donde publicó Cris (1953, de donde hemos tomado los poemas que versionamos), que fue saludado de inmediato por la revista surrealista Medium. A partir de entonces, Joyce Mansour participó activamente en la vida del movimiento surrealista. A Cris le siguieron Déchirures (1955), las prosas de Jules César (1956), Gisants satisfaits, relatos publicados por Jean Jacques Pauvert (1958), Rapaces (1960), Carré blanc (1965), Damnations (ilustrado por Roberto Matta), Bleu des fonds (teatro), Phallus et momies (1969), Histoires nocives (1973), entre otros. La crítica señaló desde sus inicios que su poesía, a través de una suerte de claroscuro en la representación del cuerpo, se vinculaba a un erotismo sombrío y cruel, a la angustia por la muerte, a la rebeldía metafísica y a la libertad. Fue amiga y admirada por André Breton, Michel Leiris, André Pieyre de Mandiargues, Henri Michaux, Hans Bellmer, Roberto Matta, Pierre Alechinsky, o Wifredo Lam.
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