Sólo nos queda invitar a recorrer los diversos ensayos acá presentados, teniendo en consideración la importancia que el trabajo intelectual de Osvaldo Fernández Díaz tiene para pensar y reconfigurar la experiencia exiliar en razón a la filosofía, el pensamiento latinoamericano, la política y el marxismo. Ensayos que se nutren al contexto y debates en los cuales fueron escritos, pero que, sin embargo, revisten la frescura de una investigación siempre actual, útil y necesaria.

Martín Ríos López / Claudio Berríos Cavieres
PRÓLOGO/ Osvaldo Fernández Díaz. Ensayos en el exilio. Revista Araucaria de Chile 1978-1989. Santiago, Editorial Malamadre, 2023.
Los diez ensayos aquí reunidos son parte del intenso itinerario intelectual del filósofo chileno Osvaldo Fernández Díaz en la Revista Araucaria de Chile (1978-1989) y que recoge un período de once años de los treinta que Fernández vivió su exilio en París.
El trabajo de edición fue sin duda arduo. Hubo que pasar de manera manual todos los textos a un formato digital para, desde ahí, comenzar la operación de organizar y clasificar los ensayos en ejes temáticos. No nos pareció prudente, ni tampoco productivo, seguir la secuencia temporal de aparición de los ensayos en la revista, aunque, y para información de los lectores, generamos un apartado que permite conocer dicha secuencia. En nuestra decisión optamos por hacerlos dialogar en una lógica de preocupaciones temáticas a partir de cinco capítulos.
Para la versión que ahora presentamos de los textos de la Revista Araucaria, nos dimos a la labor de corregir los errores de imprenta que presentaban los originales. Así también nos percatamos que cada ensayo tenía su propia estructura de cita y no respondían, necesariamente, a un formato de citación específico. Por eso, uno de nuestros trabajos fue construir una estructura de citas y puntuación, junto con unificar bajo ese criterio, el cuerpo de citas de todos los ensayos para lograr una coherencia y homogeneidad.
Pero en nuestro trabajo también se tuvo que identificar citas que no contaban con sus referencias bibliográficas. En tales casos, acudimos a las fuentes originales, muchas de ellas facilitadas por el propio filósofo. De igual manera, en algunos casos, se confeccionó un nuevo cuerpo de citas más específico y, por ende, más accesible para su búsqueda. A modo de ejemplo, en los trabajos dedicados a José Carlos Mariátegui, se dispuso como notas a pie de página los títulos correspondientes a cada ensayo escrito por el pensador peruano, teniendo como referencia la Edición Popular de las Obras de Mariátegui publicadas por la Empresa Editora Amauta. También se agregaron referencias a intelectuales nombrados/as y/o trabajados/as por el autor.
Como señalamos anteriormente, los capítulos de esta recopilación se encuentran articulados por ejes temáticos, relacionados tanto por las problemáticas políticas filosóficas que interesaron a Fernández durante su exilio, así como también el encuentro con nuevas cuestiones y debates propios del momento de la escritura. La formación ideológica de la dictadura cívico-militar chilena, la crisis del marxismo y América Latina como categoría y conceptos, son algunas de estas preocupaciones presentes en sus páginas.
Los dos ensayos que componen el primer capítulo tienen una distancia temporal considerable entre sí. En concreto, once años. El primero de ellos, “El discurso de la represión”, inaugura el ciclo de participación de Osvaldo Fernández en la Revista Araucaria en 1978 y corresponde al tercer volumen de la revista. Y el segundo, intitulado “Gramsci: de un fascismo al otro” es del año 1987, y apareció con la entrega del volumen treinta y nueve de dicha revista. La pregunta obvia para cualquier lector sería qué criterio permite reunirlos bajo el título Reflexiones en torno al fascismo.
Junto con atender dicha inquietud, parece lo más importante mostrar que en el trabajo intelectual de Fernández existe, no sólo un desarrollo o una continua evolución en las problemáticas tratadas a lo largo de su exilio, sino también una inclinación o predilección por ciertos temas en particular como sería el caso del fascismo. Este es el núcleo problemático que justifica el maridaje de este capítulo. Y como se puede apreciar a simple vista, la inquietud por parte del filósofo para comprender el fascismo es un problema que lo mantiene en vilo a lo largo de una década.
En tal caso, resulta interesante no olvidar que el fenómeno del fascismo es uno de los acontecimientos capitales que, sin dudas, marcan el itinerario de la discusión filosófica, política y cultural de buena parte del siglo XX. Y, acaso también, alcanza nuestros días. Si esto es así, se debe, entre varios factores, a que el fenómeno del fascismo posee los componentes germinales que de manera casi inexorable nos conducen al abismo de una radical inhumanidad. De este modo es posible afirmar que el fascismo encierra un peligro histórico que conviene no desatender, puesto que afecta de manera absoluta, a cada una de las condiciones de posibilidad de nuestro Éthos político a nivel planetario.
El segundo de los capítulos lo hemos intitulado como Ideología y Educación y reúne dos ensayos temporalmente próximos entre sí, “El funcionamiento de la ideología en una formación económico-social” y “Chile ¿qué enseñanza filosófica?” que datan de 1979 y 1980, respectivamente. En este caso la problematización que mueve la reflexión de Fernández se da en explicar cómo la ideología, entendida como discurso hegemónico de la clase dominante, es capaz de reproducir -o construir- ciertas formas de subjetividad que permiten a los regímenes, como en el caso de un fascismo dependiente como el chileno, prolongar y legitimar su dominación. Para alcanzar dicho objetivo es que el gobierno de la dictadura, como en el caso de Chile, utiliza estructuras de formación cultural como la universidad, para validar y promover un sentido común. En tal caso, la filosofía, su enseñanza, juega a nuestro entender un papel importante, sobre todo porque, por medio de la selección de determinados temas y autores, se podrán promover ciertos valores y perspectivas que comulgan con los intereses y el proyecto político e histórico del régimen.
El tercer capítulo, titulado Marxismo y Latinoamérica, contiene dos ensayos, escritos entre 1983 y 1984, donde se analiza una de las problemáticas más discutidas en torno al marxismo a lo largo del siglo XX: la relación entre el pensamiento de Marx y América Latina. Pero no solo eso, Fernández discute en un momento donde se colocaba el acento en la llamada “crisis del marxismo”, haciendo alusión al pretendido “colapso” que el pensamiento de Marx tendría para pensar la realidad actual del capitalismo. En tal sentido, estos dos ensayos vienen a cuestionar dicha imagen, posicionándose -histórica y teóricamente- en un espacio donde el marxismo debe ser entendido desde los márgenes de encuentro siempre crítico con la realidad. Así, en el primer ensayo, titulado “Teoría y práctica específica en América Latina”, Fernández analiza el libro del argentino José Aricó, Marx y América Latina, y el prólogo escrito por Carlos Franco, poniendo en tensión la idea de “desencuentro” establecida por los autores. Entendiendo que el pensamiento de Marx fue siempre “específico, concreto e histórico”, Fernández se da a la tarea de plantear cómo el marxismo, más que lamentarse por los escasos análisis teóricos que Marx hiciera de América Latina, debe buscar las especificidades históricas de las lógicas internas de la región, desasiendo con ello, el análisis siempre dicotómico entre teoría y realidad. En el segundo ensayo de este capítulo, titulado “Sobre los orígenes del marxismo en América Latina”, el autor se embarca en un análisis histórico de este pensamiento en nuestra región. Entendiendo dos instancias diversas entre difusión y recepción creadora del marxismo, se establece un trabajo que busca entender el “marxismo latinoamericano”, no desde la aplicación estática de los conceptos marxistas, sino más bien, como experiencias concretas, en donde el marxismo se ha presentado a partir de dinámicas creadoras y específicas a la realidad estudiada y actuada.
El cuarto capítulo, Mariátegui, el herético, reúne los dos primeros trabajos que Fernández realizara en torno a la figura de José Carlos Mariátegui, y que precisamente, fueron publicados en Araucaria. El primer ensayo, “Mariátegui el Amauta”, es un escrito que le fue encargado a Fernández en conmemoración de los 50 años de la muerte del pensador peruano. En él, se analiza el problema en torno a las diversas controversias que se han realizado sobre este personaje, siendo una figura incómoda para el dogmatismo dominante en tiempos de Stalin. Por ello, Fernández se pregunta acerca del “particular” marxismo de Mariátegui, donde es posible identificar un diálogo siempre presente entre la problemática general del sistema capitalista y los problemas concretos de una formación social determinada. Por otro lado, el segundo ensayo, ‘Tradición, “dogma” y “herejía” en la obra de Mariátegui’, es un trabajo donde Fernández se sumerge en estos conceptos fundamentales para entender el pensamiento político, social y cultural del Amauta. “Tradición”, “dogma” y “herejía” fueron para Mariátegui conceptos movilizadores que permitían responder a una época de crisis y transiciones, en donde el socialismo era posible como alternativa superadora del momento. En Mariátegui, tradición/revolución y dogma/herejía, no son conceptos contradictorios ni excluyentes, sino más bien, elementos necesarios para un encuentro dialéctico que hiciera posible la construcción de síntesis histórico-políticas.
El quinto capítulo, titulado Difusiones y recepciones, da cuenta de dos ensayos donde el autor pone el acento en las condiciones materiales y subjetivas en las cuales se dieron los procesos de recepción en nuestra región de las dos revoluciones más importantes de la modernidad: la Revolución Francesa y la Revolución Rusa. Estos son los dos últimos ensayos que Fernández escribiera en las páginas de Araucaria. “La revolución de Octubre en América Latina” corresponde a un análisis acerca de las diversas representaciones que la revolución dirigida por Lenin marcaron el ritmo de los procesos políticos y sociales en nuestra región a comienzos del siglo XX. El segundo ensayo, “La revolución francesa y América Latina”, da cuenta de las contradicciones presentes dentro de los procesos independentistas de comienzos del siglo XIX, en lo que respecta al ideario moderno de la ilustración, en conjunto a las prácticas políticas de orden colonial que se mantuvieron durante el primer siglo de vida republicana. A partir de aquello, Fernández confecciona un balance del siglo XX acerca de las apropiaciones de los valores de la Revolución Francesa, puesto que, en América Latina, como señala el autor, “más que preguntarse por lo que fue el impacto de la Revolución Francesa, hay que interrogar por lo que cada momento histórico entendió como tal”.
Por último, hemos publicado en este trabajo una entrevista a Osvaldo Fernández realizada en razón a su experiencia político-intelectual en el exilio, su participación en Araucaria, así como también las problemáticas e inquietudes que lo motivaron a realizar los ensayos acá publicados.
Sólo nos queda invitar a recorrer los diversos ensayos acá presentados, teniendo en consideración la importancia que el trabajo intelectual de Osvaldo Fernández Díaz tiene para pensar y reconfigurar la experiencia exiliar en razón a la filosofía, el pensamiento latinoamericano, la política y el marxismo. Ensayos que se nutren al contexto y debates en los cuales fueron escritos, pero que, sin embargo, revisten la frescura de una investigación siempre actual, útil y necesaria.