Ramaje
Espacio en explosión
animal medio muerto por la orilla del río
silueta en que la imagen perdura un instante su lejanía
sueltas
el párpado que te ves adherido a las palmas de las manos
rompes la arcilla quemas
tus dedos moldeándote ser
uno en las fracciones
ser de tiempo y marcas
ábrete con las manos
el rostro quémate riendo embrión de hielo ser
de sucesión repeticiones calcos germínate
los ojos en su apoyo donde asedia la raíz de lo que no existe
algo que ver y palpar entre nosotros
te reconoces
como un animal en la muerte de su hermano
te ves desaparecer en lo continuo
como la forma
caza lo distante
zambullido con los ojos abiertos
roto el sello que roe el relato
desarticulación de la huella que abarca
la palabra nunca rueda cerro abajo
sumergida nada a través del oscuro ramaje de colihües
el instante de la propia piel abierta a través del humo
crisálida en cámara rápida y en el centro
vacío en que nos componemos
la búsqueda que somos nos deja ir
*
Solo me ilumina la luz
cuando quemándose me apaga
la visión no es lo que se modela
sino el rostro inmenso tras la máscara que se aleja
una cuerda destensada sin fin
mar tigre de papel enterrado
la sombra se consume en otra
el peso
de ser abre una orilla
debajo de mi rostro
mis dedos
crean la estructura
de su tacto
algo se pierde
al juntar al agua del río
sucesión transcurso
para dejar así
a la imagen su cuerpo
un espacio tal
contráctil entre dos aspas que ciñen
en el lomo de la gata
está la mano que acaricia el pilar
curvo ámbito donde lo disperso y la palpitación
del fruto caído se unifican
bestia de muchos cuernos tirada al barranco
arrastra su gemido por las rocas
lo que en el descenso
se partió
una piedra
a la rompiente no socava
remolino
en el aire quieto
hocico blanco de la ola
su garganta
pétalos abiertos a medida
que el contorno expande su vacío
entre más colmada
la forma más dista más recoge
y así al llegar
atraviesa
separadas
ramas
en la penumbra
escamas caracoles húmedos
ataúdes de pétalos y trapos con tierra
viajan reunidos en un mismo barro bajo el sol
entre matorrales
viaje inaccesible por los bordes brote cerrado
poco a poco cede dos ríos de puro deslizamiento
fluidos flotan al azar
brillante materia caparazón de sangre
en su lenta costra
lo deshecho presencia la memoria.
(Inédito)
Sutura
Sostenemos nuestros cuerpos
verticales afuera del agua
en necesidad de gloria
o en la ternura del amor prevalece
ente las hojas un canto del paraíso
el ojo en el cetro del reino.
*
Ocupas demasiada energía
en algo que gana altura cuando es espontáneo
no sé hacerlo dije así puedo empezar de cero
no quiero ir hasta allí por carnadas
necesito perder lo que sé
ganarlo con mis manos
levanto los pestillos por si alguien quisiera
entrar a robar a casa esta noche
no coincidir
del todo es nuestro logro
*
La mesa manchada se mantiene familiar aunque fría
cada cosa en su sitio
la lámpara torcida la taza sucia con café
una botella de plástico deforme
por el agua caliente
antes elevarme me hundo
en un régimen desfavorable
triángulos extendidos hasta una punta de hielo
nómada en un fondo áfono
habitar distintos lugares del río
convertirse en su claridad
alimentarse del ambiente
comenzar sin interrupción superar esta urgencia
oír las distintas variaciones de nuestros contactos.
*
Entra
para no llevar nada
no hace falta prolongarte en la forma
llueve sobre los techos
de los autos un toyota
verde
invencible atraviesa el asfalto.
*
Estos rastros son la imagen del pensamiento
un sueño
al interior de un viaje trepa veloz
un imperio nimio lucha por conservar
su estructura ante la inminente catástrofe
la fe en la magia y en los milagros
pero la enfermedad hace temeroso cualquier intento de invocación
permanece sellado en su ostra de almíbar
casi a oscuras constante a través de diferentes fuegos
habitaciones con vista a un mar interior
el agua y la harina componen esta sombra encaramada
acerca sus raíces el árbol al precipicio
agarrado a la soledad
un bosque crece cauce
pesado
piensa
en el modo me dijo mira
desnudo está el pan
nada más que eso
nublado y frío en las dos orillas del agujero de gusano
una imagen
me dijiste tanta claridad irresistible
la paleta inútil
el color del diamante en el ventanal empañado
nueva luz de luna en libra
vagabundear en busca de la presencia.
Pódcast: Daniella Lillo Traverso

Guillermo Mondaca Fibla (Coquimbo, 1991). Licenciado en Literatura y estudiante de Pedagogía en Filosofía, en la Universidad de Playa Ancha. Se adjudica la Beca de Creación del Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2018) con su obra Contacto y contagio. Ha participado del Taller de la Fundación Pablo Neruda en La Sebastiana, y del Taller de Investigación Poética, en Concreto Azul, Valparaíso. Ha publicado la plaquette Ramaje (Editorial Bogavantes, 2021). Su trabajo literario aparece en Maraña, Panorama de poesía chilena joven (Editorial Alquimia, 2019) y en II Reescritura de Valparaíso (Editorial Balmaceda Arte Joven de Valparaíso, 2019).