De países anteriores
F., el médico curandero, me preguntó de dónde venía
esa mancha alargada, color café con leche claro
en la parte posterior de mi muslo derecho.
— Viene del lado de mi abuela.
La tenemos yo y mis hermanos,
mi madre y mi tía,
los hermanos de mi abuela la tenían
y, por supuesto, ella también.
Y miré sus ojos de Quirón a ver si algo me decían.
Sí, algo vi.
Sus palabras no fueron exactas,
¿Dijo «tara», mencionó algo «no resuelto»,
«recesivo», pronunció la palabra «secreto»?
Celeste
Nunca estuve más triste y más viva
que en el frío del otoño,
cuando engendré
una semilla que regaba al no haber nadie en casa
Cuando fui secretamente amada
y cortaba en dos la tarde limpia, el pasto verde, el cielo
con el filo de mi cuerpo.
Nunca encontré más horizonte o me sentí más sola
en esta parte del mundo:
era invisible, mas todo me miraba
y la palabra del mar venía hasta mi oído
y la mano del mar me sujetaba.
Y el corazón del mar, celeste, se iba tras de mí
por todas partes.
De El corazón del mar se iba tras de mí (Ediciones Dospájaros, 2023)
Rojo oscuro
Yo qué sabía
sólo abrí la cereza
adentro era jugosa,
rojo oscuro.
Quedó algo negro
el rastro de un bicho nocturno.
Anduve el camino completo
Presintiendo
seducida por mi propio secreto.
Yo qué sabía
que la rabia así podía florecer.
Serpiente
Bajo la tela fina de la madrugada
oculta hasta que el relámpago revela
la serpiente se desprende de sí misma.
El deseo emerge de una grieta en la tierra
¿Merece el reino de la luz?
Lo toma.
Entre la hojarasca
extendida al cielo
la serpiente se hace aurora y estrella.
De Hermana amarga (LP5, 2024).
Panal de abejas
Deep in the forest you
shuffle up some tree, you rip the bark,
you float into and swallow the dripping combs,
bits of the tree, crushed bees – – – a taste
composed of everything lost, in which everything lost is found.
Mary Oliver.
Mosaico de hilanderas del sol. Ondulaciones y círculos trazados en el vuelo. Danza del vientre en la obscuridad de la colmena.
Geometría hembra del panal, celda tras celda tras celda, luminosos úteros hexagonales.
Habitáculo. Espacio-abeja para la trasmutación del néctar / Oro viscoso descripto en antiguos manuales / Alimento de la inteligencia.
Suena el tañido metálico; las obreras sosiegan las alas, se instala una claridad ámbar. La reina es fecundada entre resinas.
Cabras
Parecía que los árboles daban cabras. Porque todas se subían a las ramas y balaban. Eran árboles musicales de cabras, como los hay de pájaros, de gallinas, de murciélagos.
Estos eran árboles de cabras. Algunas tan blancas como un pueblo nevado.
De pupilas rectangulares, cabras que caían tiesas del susto, que reían con las niñas locas y saltaban de alegría.
Desafiaban la gravedad, ascendiendo por pendientes verticales.
Chagall las pintó volando, sobre fondos azules de sueño.
Cabras desobedientes, magas de su danza. Les decían tercas, locas, les decían malas.
De Fauna de Cal (Casa de los Escritores del Uruguay, 2020; Azalea, 2022)

Cristina Gálvez Martos (Caracas, 1987). Poeta, traductora y docente de inglés. Es Licenciada en Letras por la UCV y tesista de la Maestría en Inglés como Lengua Extranjera en la misma casa de estudios. Realizó estudios en Gestión Cultural (Fundación Itaú, Montevideo). Publicaciones: Psicopompa (Monte Ávila Editores, 2015 – Premio en poesía del Concurso para Autores Inéditos); Bicorne (Casa de las Letras Andrés Bello, 2016); Fauna de Cal (Casa de los Escritores del Uruguay, 2020 – Premio de poesía Saúl Ibargoyen/ reedición por Ediciones Azalea, 2022); Animal más oscuro (plaquette antológica digital, Fundarte, 2022) Diario del Eclipse (plaquette digital, Petalurgia, 2022), El corazón del mar se iba tras de mí (Ediciones Dospájaros, 2023) y Hermana amarga (LP5, 2024).

Deja un comentario