«Stasiología. Guerra civil, formas-de-vida, capitalismo» de Rodrigo Karmy. Los momentos del texto

La propuesta teórico-política que se presenta en este volumen constituye una posición desafiante para la tradición filosófica, que basa en el orden y la finalidad los objetivos para la política, para situarse en cambio tras la huella de pensadores del conflicto, como Heráclito, Maquiavelo, Marx, Zambrano recuperando a la stasis como condición material y conflictiva de la vida en colectividad, de modo tal que desde las prácticas cotidianas se cuestione el entramado epistemológico-político de la técnica de gobierno imperial, la que se considera casi imposible de fisurar.

Pamela Soto García

1. La constitución de un campo

Primeramente, agradecer a Rodrigo Karmy y la editorial Voces Opuestas, hoy representada por Gonzalo Jara por la invitación a presentar Stasiología. Guerra civil, formas-de-vida, capitalismo. Este agradecimiento aborda dos dimensiones de esta invitación la primera que consiste en acompañar con estas palabras iniciales la presentación del libro de Rodrigo el día de hoy, y una segunda por invitarme a conversar acerca de filosofía política, en particular acerca de estas categorías políticas en nuestro presente, prologando este texto. 

Y me quisiera detener y celebrar este encuentro dada la importancia de leer y conocer el trabajo filosófico que se produce en Chile, desde la academia y la militancia que nos compromete con la transformación del mundo que habitamos. En este punto quisiera comentar, que hace un par de semanas los académicos del Centro de investigación Enzo Faletto de la USACH también me invitaron a una conversación con Rodrigo acerca de sus textos, lo que desde el CEPIB también se cultiva.

Entrando en el asunto que nos convoca, quisiera señalar -precisamente- que uno de los principales aportes del texto de Rodrigo Karmy, es que en él nos comparte “su” posición teórica acerca de nuestro presente, desde tres escritos en los que propone distintos niveles de análisis para un mismo problema, que yo quiero comenzar planteando como una búsqueda incesante por aquellas posibilidades de subvertir la racionalidad imperial.

En el primer texto «El Método Iraquí. 22 tesis y una apostilla chilena» se expone como el momento de la aceleración de la sociedad de control, durante las tres últimas décadas ha operado teniendo como propósito su globalización desde tres formas que conversan entre ellas: económica, securitaria y biomédica. En este punto Rodrigo Karmy da continuidad a algunas reflexiones de autores como Michael Foucault y Gilles Deleuze, sin embargo, propone una discusión que sobrepasa los límites de las discusiones de estos autores, teniendo en consideración la situación política en Chile y la pandemia, y propone desde el cruce entre terrorismo y virus, que la posición del enemigo interno schimittiano ha mutado a un combate permanente, cuyo propósito es institucionalizar la disidencia y depotenciar la capacidad de resistencia y subversión

2. En este punto vuelve a parecer la pregunta acerca de las posibilidades de subvertir una racionalidad imperial que opera micro y macropolíticamente.

Siguiendo con esta inquietud Rodrigo Karmy nos presenta un diagnóstico del proceso de globalización y sus formas, el que es acompañado por una lectura que realiza acerca del proceso destituyente chileno iniciado con la revuelta popular de octubre del 2019. En este punto  parece un primer atisbo de una respuesta a la subversión de la racionalidad imperial, pues, siguiendo a Furio Jesi considera que la revuelta puede ser considerada como un “punto de intersección” como “momento de suspensión en el que la potencia de lo común puede ser habitada nuevamente”(Karmy, 2023: XX), lo que distingue esta aproximación de aquellas lecturas que abordan el proceso deteniéndose exclusivamente en la condición impugnatoria, y no en la constitución de un comune.

Además esta posición expone que existen algunas formas-de-vida que se puede oponer al poder imperial, a través de las fisuras en los propios poderes establecidos de una época. Para profundizar en este tipo de formas de vida, el autor, nos invita a resignificar los términos “feminismo” y “comunismo” porque en estos términos habitarían alternativas que permiten ampliar los contornos de la discusión política, al constituir parte de un léxico que subvierte la condición metafísica de la política y al continuum histórico como progresión o progreso para nuestras vidas.

En el segundo texto, «Nomos de fuego», a partir de la descripción de las fases de la constitución del Imperio se va acercando a la discusión acerca del carácter del capitalismo, en tanto opera desde una función totalizante, la que identifica en tres grandes proyectos que se organizan a inicios de la modernidad, y cuya yuxtaposición va entramando la articulación del capitalismo global: 

“El primero se despliega desde la “evangelización” hispana; el segundo la “civilización” franco-británica; el tercero la “democratización” estadounidense” (Karmy, 2023: XX). 

En este momento cuando todo parece cerrarse globalmente, nos invita el autor a reflexionar acerca de la implosión actual de este proyecto imperial que permite que nos volvamos a preguntar: “¿dónde está el límite, la frontera, el territorio del “bien” y el del “mal””(Karmy, 2023: XX), como una pregunta que cuestiona el decurso de un occidente totalizante, que busca apropiarse de toda resistencia. En el mismo texto el el autor responde “No hay límite, frontera o territorio” (Karmy, 2023: XX) para seguir pensando la política desde el bien o el mal, como un proceso dicotómico, sin embargo, antes de avanzar en esta deriva, se detiene a analizar en qué consiste este nomos

Ante lo que nos responde, el «Nomos de fuego» es la expresión de una máquina mitológica capitalista. Definición que nos invita a transitar hacia reflexiones acerca de la concepción maquínica de la política, presentes en el Anti Edipo de Gilles Deleuze y Felix Guattari, y que categorizan la revuelta como aquella potencia política que interrumpe el funcionamiento de la máquina normativa del poder, restituyendo con ello la condición afirmativa de la política a los individuos y sus colectivos, quedando el nomos de fuego subsumido en la expresión nihilista del capitalismo global, el que establece como parte de sus operatorias la separación de la vida de toda potencia de subversión, lo que reduce al pueblo a una categoría inmunizada como la que aparece cada vez que utilizamos el término población, ciudadanía o gente. 

En el tercer escrito, «Stasiología. Para una “anti-ciencia” de las formas-de-vida», aborda la pregunta acerca de la stasis como una reflexión a la cual la filosofía política ha desatendido, sin embargo, Rodrigo Karmy considera fundamental realizar esta discusión para entender el campo de lo político, tanto desde su dimensión individual, colectiva e institucional asumiendo que si situamos la stasis desde una topología de las formas-de-vida en la que se expresa la potencia destituyente, la política siempre estará marcada por el vínculo de división que atraviesa a la comunidad. 

Esta condición destituyente que acompaña algunas formas de vida, y también expresiones políticas como la revuelta popular, es para Rodrigo Karmy una condición afirmativa, lo que pone en pugna no sólo la antropología negativa, sino que con ella a la propia condición de humanidad que desde la modernidad se ha impulsado, al poner a la razón al centro y como directriz de la vida humana. En este punto como no hacer referencia a la nítida imagen que utiliza Maquiavelo para describir al Centauro como el mejor preceptor político, debido a que en el se cruza animalidad y razón.

El autor ingresa a la discusión acerca de la stasis a partir de la revisión de algunas de las investigaciones de Nicole Loraux, abordando el aspecto estructural de la misma en tanto expresión de la ruptura del binomio “guerra” y “paz”, y con ello de toda una tradición política que opone ambos términos, y que ve en el binarismo el modo de resolución de los problemas políticos: amigo-enemigo; ciudadano-extranjero; orden o caos. Sin embargo, a través de situar el problema en la stasis no se busca establecer un nuevo principio, pues ella misma es una “localización dislocante” un an-arché abisal: 

Ni anomalía ni accidente, la stásis sería el “cimiento” en cuanto “vínculo de la división” que atraviesa constitutivamente al devenir de la comunidad, fisura que soporta a la misma comunidad que la rechaza y una vez que se desata, genera un enorme proceso de “olvido” (amnesias y amnistías) al interior de la misma comunidad que experimenta el terror ante su propia fractura (Karmy, 2023:xx). 

La incorporación de la stasis al campo de la discusión política desde una condición an-árquica (Karmy, 2023) abre otras posibilidades para la discusión epistemológico-política sobre la operación policial que acompaña a la dupla saber-poder, pues a través de acciones aneconómicas, es posible desde lo cotidiano el ejercicio de una potencia destituyente, que pone en crisis la lógica hegemónica, densa y continua que acompaña a la razón imperial. Algunas de estas reflexiones el autor indica que las recoge de Guadalupe Santa Cruz, que a través de la descripción que realiza acerca de los jardines pone atención a esta condición aneconómica que se juega en la vida del jardín. 

La stasis desde esta perspectiva puede ser leída como la expresión de la potencia destituyente, que mantiene vivo el campo político, porque logra “privar al poder de todo fundamento y mostrar que éste se mantiene o profundiza solo gracias a un despliegue continuo de tácticas, simulacros, estrategias de diversa índole capaces de sostenerle” (Karmy, 2023: XX), y que como se declara en el texto siempre son posible desmantelar. 

Desde esta perspectiva en las formas-de-vida como expresión de “potencialidades inactuadas”, opera una física de los cuerpos en cuya intensidad se juegue el trabajo de invención de otras prácticas y discursos que posibilitan ir a contrapelo del lugar propuesto por el régimen representacional, y a partir de ello potenciar la sublevación que surge desde las interacciones cotidianas, presentando con esto también una crítica al identitarismo como principio para lo político.  

Para finalizar y a modo de conclusión de los tres escritos que componen el texto, considero relevante señalar que la propuesta teórico-política que se presenta en este volumen constituye una posición desafiante para la tradición filosófica, que basa en el orden y la finalidad los objetivos para la política, para situarse en cambio tras la huella de pensadores del conflicto, como Heráclito, Maquiavelo, Marx, Zambrano recuperando a la stasis como condición material y conflictiva de la vida en colectividad, de modo tal que desde las prácticas cotidianas se cuestione el entramado epistemológico-político de la técnica de gobierno imperial, la que se considera casi imposible de fisurar. 

Estos tres escritos se aproximarán desde mi perspectiva, a un esfuerzo por pensar en una política afirmativa que asume la condición compleja de la vida en colectividad, en tanto ésta implica la confrontación permanente entre individuos y colectivos, con intereses la mayor de las veces contrapuesto, de modo que pensar en la condición afirmativa tras el conflicto nos recuerda, entre otras cosas, que el poder no se cede, ni se transfiere por lo que sigue siendo una tarea permanente iniciar procesos políticos que busquen mejores condiciones de vida a contrapelo de la homogeneización del capitalismo global integrado y de la desigualdad e injusticia como destino para nuestros pueblos. Lo que hoy se presenta como una urgencia, debido al avance de gobiernos y propuestas política de raigambre fascista que proliferan, y que evidencia la condición despótica-bárbara, a la que hoy se accede a través de las urnas de una democracia liberal. 

Con estas reflexiones quiero invitarlos y motivarlos a leer Stasiología. Guerra civil, formas-de-vida, capitalismo. Que viene a inaugurar un catálogo crítico para abordar la política desde la traductibilidad a nuestros problemas y contextos.

Pamela Soto García. Doctora en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Actualmente, ejerce como Subdirectora del Área de Educación de la Corporación Municipal de Valparaíso para el Desarrollo Social, como académica ha realizado docencia de pre-grado en el Instituto de Filosofía, en la Escuela de Educación y en la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y docencia de postgrado en el Instituto de Filosofía de la PUCV y en el Magíster en Filosofía de la Universidad de Valparaíso, siendo una de las académicas que ha participado en la Cátedra de "Filósofas Iberoamericanas". Es investigadora colaboradora del Centro de Pensamiento Iberoamericano (CEPIB) de la Universidad de Valparaíso, y coordinadora del Simposio "Filosofía escrita por mujeres, feminismo y género" que se presentará el año 2021 en el Congreso de la Asociación Chilena de Filosofía (ACHIF). Especialista en la filosofía de María Zambrano e investigadora de las dinámicas de relación democrática y sus efectos en la escuela.

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